Tema Semanal
EL PROPÓSITO DE LOS PROBVERBIOS
La Sabiduría y la mujer insensata
PROVERBIOS p (Leer todo el capítulo)
Aquí vemos cómo, de alguna manera, Cristo y el pecado son rivales. Desde el versículo 1 vemos a Cristo, que es la sabiduría eterna, haciendo una invitación. Pero desde el versículo 13 vemos al pecado, a Satanás, al enemigo haciendo también una invitación.
Ver 1 La sabiduría edificó su casa, labró sus siete columnas. Habla específicamente de una construcción. Edifica su casa sobre 7 pilares, y cuando vemos comentarios de teólogos, algunos dicen lo siguiente (buscamos los que creímos que más se asemejan):
Los 7 pilares en que construyó la sabiduría o este edificio de sabiduría:
1- Bajo el consejo
2- Bajo el conocimiento
3- Entendimiento
4- El poder o fuerza
5- Honor
6- Riqueza
Otros pilares:
1- El temor a Jehová
2- La instrucción
3- El conocimiento
4- Entendimiento
5- Discreción
6- Consejo
7- Reprensión
Los 7 pilares que se encuentran dentro del capítulo 9. El número 7 es plenitud, perfección, es estar completo. Podemos tener muchas necesidades, pero Él nos va a dar su presencia, su paz.
El cielo, el Reino de Dios se convierte en esta gran casa que se está construyendo. Salomón lo explica como esta construcción, como este lugar donde vamos a enviar trabajo, sabiduría, y que la sabiduría es Cristo mismo, el verbo hecho carne. La misma palabra, la misma sabiduría, nos está haciendo esta invitación: «Vengan y háganse parte de los que yo quiero hoy.»
2- LA EXCELENCIA DE LA SABIDURÍA VALE MÁS QUE LOS RECURSOS DE ESTA VIDA (ver 9-12)
9 Todas ellas son rectas al que entiende,
Y razonables a los que han hallado sabiduría.
10 Recibid mi enseñanza, y no plata;
Y ciencia antes que el oro escogido.
11 Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas;
Y todo cuanto se puede desear, no es de compararse con ella.
12 Yo, la sabiduría, habito con la cordura,
Y hallo la ciencia de los consejos.
Si bien es cierto que necesitamos recursos materiales para sustentarnos, seguir creando proyectos y ser diligentes para dejar un legado a nuestras familias, también la Biblia dice que no podemos enfocar nuestras mentes y corazones en amar las riquezas. No hay riqueza más grande que la sabiduría, que es el conocimiento de Dios.
Hay personas que tienen muchos recursos en sus manos, pero no tienen la sabiduría ni la inteligencia de cómo manejar lo que Dios ha puesto en sus manos. La sabiduría nos da propósito en la vida. “La sabiduría de Dios no nos da más dinero, nos da propósito”.
Tu sabiduría va a producir recursos:
Ver 12: “Yo la sabiduría convivo con la prudencia”.
La prudencia es la virtud que implica actuar con precaución o moderación:
Te ayuda a prever consecuencias.
Ayuda a ser sensato y conducirte con moderación.
Te ayuda a tener dominio propio.
A tener discernimiento para tomar decisiones correctas.
Es clave que le pidamos a Dios que nos dé sabiduría combinada con prudencia. Tenemos que medir la consecuencia de lo que sale de nuestra boca. Pregunta: ❓ ¿Mido el costo de lo que saldrá de mi boca?
Debemos ser discretos. Por más que tengamos la razón, si la forma en que lo decimos hiere a los demás, debemos tener cuidado.
Ver 2 Preparó un gran banquete, mató sus víctimas, mezcló su vino y puso su mesa.
Ha sacrificado los animales para el banquete, mezclando el vino y preparando la mesa. Nos deja ver que:
- No solo ha sacrificado los animales, sino que esta mesa tiene cosas que necesitamos.
- No solo construyó ni preparó banquete, sino que preparó una mesa.
- Y en esa mesa hay cosas específicas:
En esa mesa hay un sacrificio. Cristo es ese sacrificio. Porque sin sacrificio no puede haber banquete. Su cuerpo se convierte en comida y su sangre se convierte en bebida. Esto es una Santa Cena. Es decir, Él está diciendo:
«Vengan, cenen conmigo!!! Yo mismo soy el sacrificio, soy ese cuerpo que se ha entregado, y quiero que sepan que yo he entregado este banquete para ustedes y para todo el que esté dispuesto a venir.»
La mesa está servida con todo lo que necesitamos. Está servida con:
- Perdón
- Consuelo
- Salvación para aquellos que aceptamos ser parte de esta cena
Ver 3 Envió sus criadas; sobre lo más alto de la ciudad clamó.
¡¡¡Todo el mundo!!! No hay acepción de personas, sino que es una mesa para todos los que quieran.
Sirvientes: Somos nosotros, sus hijos, aquellos que servimos en el cuerpo de Cristo y fuimos llamados a traer a las otras personas a la mesa del Señor. Así que les dice: «Vayan y busquen.»
Esto nos recuerda Mateo 22, donde el rey prepara una gran mesa y manda a sus sirvientes a traer personas para que fueran parte de la celebración. No quisieron ser parte, lo rechazaron. Así que el rey les dijo: «Váyanse a los confines, a los lugares más pobres, y abran la invitación a todo el mundo.»
Él ha preparado una gran mesa para nosotros. La sabiduría misma ha preparado ese banquete. Cristo mismo ha preparado ese banquete para que podamos comer de él.
Ver 4 Dice a cualquier simple: Ven acá. A los faltos de cordura.
¿Para quién es esta invitación?
- Para todos los simples
- Para los ingenuos
- Para los que les falta buen juicio
Todos necesitamos de esta sabiduría, comer de esta sabiduría y participar de este banquete. Esta invitación, este banquete, hará un cambio de mentalidad y depositará una sabiduría eterna.
Banquete: Comeremos de su pan y su vino. Cuando nos alimentemos de Él, nuestros pensamientos, nuestra manera de ver las cosas, nuestra identidad, todo se alineará al poder de su palabra. Dejaremos de ser necios, ingenuos y de poco juicio.
Nosotros no nacemos con sabiduría, no podemos heredar la sabiduría, no podemos considerarnos sabios porque tenemos muchos títulos o posesiones. La sabiduría es parte de un proceso de intimidad con el Padre y con el poder de su palabra.
¿Para quién es esta invitación al banquete?
Esta invitación es para los que están fuera en el mundo, pero también para nosotros, para entender que fuera de Él somos nada.
EL MANJAR PARA EL ALMA
Ver 5 Venid, comed mi pan, y bebed del vino que yo he mezclado.
Él es nuestro pan de vida y su sangre fue derramada por nosotros. En otras palabras, nos dice: «Come de mí» (habla de la Santa Cena conmigo).
Es decir, tener encuentros con el Padre, recordar el sacrificio y el poder de su sangre, y recordar el poder del sacrificio de su cuerpo.
Ver 6-9 Dejad las simplezas, y vivid, y andad por el camino de la inteligencia.
«El que corrige al escarnecedor, se acarrea afrenta; el que reprende al impío, se atrae mancha. No reprendas al escarnecedor, para que no te aborrezca; corrige al sabio, y te amará. Da al sabio, y será más sabio; enseña al justo, y aumentará su saber.»
No pierdas el tiempo con el necio. Cuando vayas y repartas esas semillas, siempre habrá burlones y personas que cuestionen. No pierdas el tiempo porque el burlón y el necio no quieren aprender.
EN CAMBIO, INSTRUYE AL SABIO Y TE AMARÁ…
Ver 10 El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia.
Toda esta sabiduría no solo es venir y sentarse a la mesa, sino entender que la base de la sabiduría es el temor a Dios. Conocer a Dios da como resultado el buen juicio. No solo es sentarse, sino conocerlo.
¡NOTA IMPORTANTE!
Nosotros no nacemos con sabiduría, no podemos heredar la sabiduría, no podemos considerarnos sabios porque tenemos muchos títulos o posesiones. La sabiduría es parte de un proceso de intimidad con el Padre y con el poder de su palabra.
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